Quien dice que no estás aquí, si cuando cierro los ojos, el silencio te trae de vuelta a mi habitación y envuelves el espacio como un fantasma, desvaneciendo besos.
Eres mi todo, pero no hay nada contigo. Entiendo tu manera de ver el mundo; si despierto, ya no estarás, y quedaré solo con el olor de tu ropa. Estás confundiendo el tiempo cuando haces presencia en mí. Vuelvo al pasado viviendo un presente al que no quiero regresar sin traerte conmigo. Sé que no tengo derecho de reclamarte al mundo, no tengo exclusiva alguna de tus huellas, pero descifro en tu mirada que sigues mis pasos.
No te marches aún, regálame más de tu vida, dame más de ti, de tu amor, de tu cuerpo. Acúname en tus brazos por una vez más. No es bueno esto que nos pasa, pero hay tantos caminos que me llevan a ti, caminos difíciles disfrazados de rosas. Tu recuerdo permanece como un eco amargo en cada suspiro, nuestro amor no conoce de finales, solo de transformaciones.